Wilma Harvey Aquí te dejamos un resumen de 2020 de los mejores lanzamientos de las fragancias florales que han conquistado el mundo.
Las fragancias que descubrí
A medida que otro año llega a su fin, es hora de recordar lo mejor de 2020.
Para mí, este fue un año dudoso para los nuevos lanzamientos porque no hubo una gran cantidad de fragancias que se destacaran de principio a fin.
Las excepciones a la regla eran impresionantes o hermosas, pero cuando volví a repasar todas las fragancias que cubrí, descubrí que la gran mayoría se quedaba lamentablemente corta.
Una de las razones se debe a las nuevas tendencias del año.
El cuero fue una nota compositiva importante en 2020 o, para ser más precisos, el ahumado alquitranado, amaderado y de los incendios forestales que pretende recrear el sentido del “cuero”.
Otra tendencia candente parecía ser un diluvio de pimienta negra.
Ninguno de los dos me atrae, sobre todo porque su naturaleza química solía ser tan intrusiva como para estar al frente y al centro.
Sin embargo, ese tipo de oscuridad excesiva era, en sí mismo, el enfoque estilístico más común, uno que se yuxtaponía con frecuencia junto a flores blancas informe, especias amorfas o algún tipo de “frescura” flácida.
El resultado final fue que muchos lanzamientos nuevos olían demasiado similares para que yo los encontrara distintivos, interesantes o convincentes.
Además, muchos de ellos carecían de la calidad para garantizar los precios más altos que hemos estado viendo en todos los ámbitos.
Cierra los ojos e imagina
Cierra los ojos e imagina unos jardines verdes palaciegos y perfectamente cuidados, tal vez en los Jardines Giusti de Verona o en la Villa d’Este de Roma.
Una vista infinita de verde está cubierta por una poderosa pero translúcida red de encaje bordado hecho de pétalos blancos frescos. Las flores de magnolia gotean un jugo lechoso que huele a higos.
Los capullos de azahar recién comienzan a desplegarse y desprenden una delicada fragancia que es tan verde como el nardo y el jazmín que rodean el jardín como altas estatuas.
El ylang-ylang flota en las sombras, mientras que los árboles de color blanco cremoso se erigen como centinelas en la distancia, arrojando benjuí y una brizna de polvo delicado y cálido como su equivalente al polen.
El viento sopla pequeñas bocanadas de vainilla sobre los jardines, pero esta no es una historia de dulzura.
Es una rapsodia de primavera, que celebra el matrimonio de las flores blancas más frescas con el verdor, como un coro de maderas suaves los rodea para cantar sus alabanzas. Es la historia deLace Garden de Téo Cabanel .
